Castillo de Almenara

Castillo de Almenara

Province

Castellón

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962623100

Description

Las referencias documentales más antiguas de que se disponen sobre el castillo de Almenara son la Primera Crónica General en la que se relatan las expediciones del Cid y un fragmento del geógrafo árabe al-cUdrî. Las dos datan de la segunda mitad del siglo XI, es decir al fin de la taifa de Valencia y al inicio de la dominación almorávide en la zona Este del Al-Andalus. El texto de al-cUdrî tiene la particularidad de ser el único texto geográfico árabe que cita el castillo de Almenara. En la Primera Crónica General, Almenara es citada como uno de los lugares que pagan tributos al Cid en 1090. El Cid percibía tributo además de otros centros fortificados como Tortosa, Lérida, Valencia, Dénia, Morvedre, Segorbe, Jérica, Albarracín y Alpuente, por lo cual se podría deducir que Almenara era capital de distrito. En el siglo XI, se conoce que Almenara era frontera entre los Estados taifas de Valencia y Tortosa, dependiendo de este último. La cerámica encontrada en el castillo especialmente la llamada "califal" nos permite afirmar que el origen del castillo fue, al menos, en el siglo X. No hay referencias estatigráficas hasta el momento que nos puedan aportar más datos. En la Crónica de Jaime I o Libro de Los Hechos se narra la forma en que el rey obtuvo la rendición de este castillo. De hecho, es la única fuente con que se cuenta para conocer este hecho. El rey hizo un pacto con la comunidad musulmana por la cual le ceden las dos torres y el albacar del castillo a cambio de tierras, ganado y vestidos. También se comprometieron a luchar al lado del rey contra el alcaide del castillo y su tropa extranjera. El rey subió al castillo con veinte caballeros y sus escuderos. El topónimo de Al-manara, "torre de señales" indica la posible función del lugar tal vez utilizada por la población del recinto fortificado próximo de "El Punt del Cid" que se remonta a los siglos VIII-IX, en plena época emiral. El castillo fue conquistado por Jaime I en 1238 y vendido en 1294 por Jaime II a Francisco de Próxita por 200.000 sueldos, pasando a convertirse en la residencia de esta casa noble cuyos personajes han desempeñado un importante papel en la historia, destacando Juan de Próxita que salvó al Papa Benedicto XIII, sitiado en Aviñón, Nicolás de Próxita y Calatayud que saqueó Marsella y obtuvo el título de Conde de Almenara y Olfo de Próxita, Almirante de Aragón. El castillo de Almenara controlaba el paso obligado a lo largo de la costa entre las llanuras de Castellón y Valencia y la ruta interior hacia Zaragoza a través de Vall de Uxó y Morella, ruta principal en época medieval que comunicaba Aragón con el litoral valenciano. La fortificación medieval se emplaza en el alargado cerro que domina la población actual y consta de un castillo, que ocupa el centro del cerro y dos fuertes torres aisladas situadas en los extremos del mismo. Una de ellas fue remozada en el siglo XIX para uso del heliográfo. Según Forcada Martí, se trata de un castillo montano, es decir, que tiene su asiento en terreno montañoso sobre promontorio con accesos entre 30º y 60º. De la Crónica de Jaime I o Libro de Los Hechos se deduce que constaba de albacar con mezquita y el castillo propiamente dicho. Y también la existencia de las dos torres que flanquean el castillo (llamadas Bivalcadim y Bergamuza), aunque la fábrica de estas era diferente a la actual. Los vestigios que existen en a actualidad permiten identificar casi sin riesgo de error el albacar evocado en el texto de la Crónica: solo puede tratarse de la vasta plataforma de unos 4000 metros cuadrados de superficie (120 metros de longitud por 25 a 50 de anchura) anterior al castillo en el punto más alto del conjunto fortificado. Además se encuentra en este albacar una cisterna y según el texto real una mezquita en la que el rey establecía conversaciones con el alcalde. Según Pierre Guichard, tres elementos básicos dan testimonio de la existencia de un poblado sobre el emplazamiento castral: la presencia de abundante cerámica en superficie, la existencia de un cerramiento destinado a proteger el poblado y los restos de construcciones con cisternas que resuelven el aprovisionamiento de agua. Las tres circunstancias se dan en Almenara sin que se sepa con exactitud donde estuvo el poblado y su extensión; aunque si que se encuentran los restos de un poblado ibérico en a ladera sudeste del castillo. Conserva parte del recinto exterior noroeste, donde se concentran las principales defensas, de forma escalonada por ser la zona más accesible y mantiene parte del recinto principal, con construcciones internas. Se encuentran restos musulmanes en su frente sur, que está sobre la población actual, pues la construcción cristiana aprovechó la fortaleza islámica en esta zona más elevada, aunque con profundas transformaciones de acuerdo con las nuevas necesidades. Está edificado en mampostería y fue adaptado para la artillería durante las revueltas de la Germanías. De las dos torres que flanquean el castillo la más próxima a la carretera, quizá llamada Bergamuza, fue remozada para su uso como centro de comunicaciones heliográficas al servicio del Ferrocarril. Estas torres eran llamadas Isabelinas, porque su origen se remonta a tiempos de Isabel II, tiempo en el que se lleva a cabo la obra del ferrocarril que cubre el espacio entre Sagunto y Ulldecona, entre 1862 y 1865. En Castellón se levantó además el torreón de San Millán en Santa Magdalena de Pulpis para dicho fin. (C.Pérez-Olagüe)

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